Nuestra propuesta es producir todo tipo de creación artística y de divulgación científica, en el que, sí, cada autor sea responsable del contenido de su obra, con total autonomía para expresarse libremente, pero además, es un espacio de crítica infatigable de todas las condiciones existentes.
Infatigable en el sentido de que la crítica no teme a sus propios hallazgos y consecuencias, como tampoco teme al conflicto con ninguna clase de poder.
Esto implica la transformación del auto-entendimiento personal, de interpretarse de un modo nuevo a sí mismo en su situación, a fin de intervenir concientemente en las condiciones represivas y compulsiones irracionales de su historia individual y colectiva, a través de un proceso de autorreflexión crítica.
Por eso la escritura en este espacio es algo más que un discurso. Es una manifestación pública sobre su objeto a tratar, que en el caso de mostrar cierta inconformidad, en sí misma no modifica las causas que la provocan, pero como ejercicio artístico, le permite al autor (o a los autores) identificarse con otras personas, dejando de ser individuos incomunicados, sino creando redes sociales con posibilidades de organizarse y unificar criterios con la mira puesta en cómo intervenir conscientemente en el cambio social.
Esto a su vez exige que los que participan en el discurso práctico, tanto autores como comentaristas, intervengan asimismo, por libre compromiso, en el proceso de toma de decisiones que conduce a su acción, por pequeña que pueda parecer su intervención.
Su manifestación, entonces, está destinada a ser puesta en obra por grupos auto-reflexivos preocupados por organizar su propia práctica a la luz de su propio discurso crítico.
Se trata, pues, de volver a la phronesis. Es decir, al entendimiento prudente de cómo actuar en las situaciones prácticas. Proceso destinado a cultivar el carácter de las personas, manifestando un público desacuerdo con las disposiciones sociales impuestas hoy en día, buscando caminos para liberarnos de aquellas fuerzas sociales que distorsionan la comunicación y el entendimiento, y permitir así, la reconstrucción crítica y la apertura hacia nuevas posibilidades objetivas.
Por eso uno de los objetivos centrales para crear este espacio y aprovechar los recursos tecnológicos disponibles, es el de reconsiderar la relación entre lo teórico y lo práctico, contra aquellos planteamientos donde domina la ideología de que las personas no tienen ninguna capacidad para reflexionar sobre sus propias situaciones, así como para modificar éstas a través de sus propios actos.
Simplemente se trata de reconocer que no existen, en los procesos sociales, “hechos objetivos” ajenos de los valores subyacentes, como si se tratase de una posición neutral. Ésta es la idea positivista de que las acciones sociales, como cualquier otro evento natural, ocurre fuera de la conciencia humana, y por tanto, considera la vida social como algo ya dado que pone fin a la razón misma, o cuando menos la amenaza.
Por consiguiente, esta manifestación discursiva que puede parecer en un principio estéril, pretende transformarse en un hecho virtual que sería parte de un proceso de reflexión que exige la participación del y los escribientes en la acción social que se expone y estudia, de manera que no se “hablan” solamente de hechos objetivos, inamovibles y ajenos, exteriores a la conciencia y a la acción humana, sino que se interviene en ellos libremente.
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sábado, 5 de enero de 2008
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